El Corazón de Jesús en la historia hinojoseña

11-06-2021

Juan José Primo Jurado, es Director del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, en su artículo «El Corazón de Jesús en la historia hinojoseña», que ha sido publicado en «Nosotros» Pinceladas Culturales para Hinojosa del Duque en su Nº 20, nos acerca al hecho histórico relacionado con el Corazón de Jesús y la localidad de Hinojosa del Duque. El artículo se puede leer a continuación.

El Corazón de Jesús en la historia hinojoseña

Juan José Primo Jurado

     Junio, religiosamente, es el mes del Corazón de Jesús. Su culto en España arranca en Valladolid en 1733, cuando Bernardo de Hoyos, seminarista en el colegio San Ambrosio de los jesuitas, recibió la aparición del Corazón de Jesús con la promesa: “Reinaré en España y con más veneración que en otras muchas partes”. Las expulsiones de los jesuitas retrasaron la devoción, pero esta se retomó en la segunda mitad del siglo XIX, en sintonía con el impulso dado por la Iglesia en el Vaticano I. En España el despliegue del fervor fue espectacular.

     La imagen se recibía con amor en las familias (placas en las puertas, figuras en el salón de la casa) y en muchas ciudades y pueblos se levantaron estatuas públicas. En Hinojosa del Duque, rematando la espléndida fachada principal de la parroquia de San Juan Bautista, se colocó en 1900 una imagen de piedra del Corazón de Jesús. Y en el nicho existente en el segundo cuerpo de la fachada, se instaló una inscripción que rodeaba circularmente un relieve del Corazón de Jesús: “Jesucristo Dios Hombre Vive Reina e Impera. Año 1900”. La devoción tuvo un momento estelar con la Consagración de España al Sagrado Corazón el 30 de mayo de 1919. El propio rey Alfonso XIII leyó la consagración en el Cerro de los Ángeles.

     La implantación del reinado social de Cristo pretendía lograr una especie de reconquista cristiana de la sociedad. La fiesta de Cristo Rey establecida por Pío XI (1924) dio mayor impulso a esta corriente, con movilizaciones para visibilizar la fe católica en un mundo que se escapaba al control de la Iglesia. Procesiones multitudinarias, con cánticos, arengas y estandartes. Existen numerosas crónicas de aquellas manifestaciones entusiastas y sinceras, pero la veneración se mezcló a veces con un acusado sentimiento de exaltación política. En la República, la frase “Reinaré en España” llegó a polarizar las mentalidades de las derechas y las izquierdas. La consecuencia fue que la izquierda interpretó aquel fervor como un signo clerical, que merecía ser combatido políticamente. En la Guerra Civil fueron muchos los combatientes del bando nacional que llevaban un pequeño escapulario con el lema “Detente bala, el Corazón de Jesús está conmigo”, mientras en el otro bando se produjo la destrucción de numerosas imágenes del Corazón de Jesús, como fue el caso de Hinojosa del Duque en agosto de 1936.

     En la reconstrucción de San Juan Bautista en los años 40, el párroco Juan Jurado Ruiz tuvo el acierto de no reponer la escultura, que sin duda distorsionaba la fachada renacentista de Hernán Ruiz II, sino que dedicó un retablo al Corazón de Jesús en el interior del templo. Como el retablo mayor, también fue obra del taller madrileño de Félix Granda, con la imagen a tamaño natural. En la fachada, la inscripción de 1900 y destruida en 1936 fue sustituida por un alto relieve relativo a la realeza de Cristo realizado en piedra artificial y sin inscripción. Y así continúan, como la devoción, en la actualidad.

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