¿Quién soy yo ante el Santo Cristo?

04-04-2022

Antonio Gil Moreno, es Sacerdote, Canónigo de la Catedral de Córdoba y Periodista, su artículo ¿Quién soy yo ante el Santo Cristo?, ha sido publicado en «Nosotros» Pinceladas Culturales para Hinojosa del Duque en el Nº 30 del mes de abril de 2022.

El artículo se puede leer a continuación.

¿Quién soy yo ante el Santo Cristo?

Antonio Gil

El papa Francisco se ha formulado una pregunta en vísperas de la Semana Santa: “¿Quién soy yo ante la cruz de Jesús?”. Y yo he querido “actualizar” esta misma pregunta para todos los hinojoseños que contemplamos, de nuevo, esplendorosa y magnífica, la imagen del Santo Cristo, en su ermita ya restaurada: “¿Quién soy yo ante el Santo Cristo?”. Este número de NOSOTROS se publica en vísperas de la Semana Santa, abarcando así, la celebración del drama de la pasión y muerte de Cristo, y la luminosidad de la Pascua florida, con la Resurrección, el triunfo de la vida sobre la muerte.

Por eso, en estos días “santos”, en los que la Iglesia nos invita a celebrar y a vivir la Semana Santa, los hinojoseños -siguiendo el consejo de Santa Teresa de Jesús, a sus monjas carmelitas, ante un Crucifijo: “No os pido que penséis mucho, tan sólo os pido que le miréis”-, con nuestra mirada fija en la imagen del Santo Cristo de las Injurias, nos formulamos la misma pregunta que se planteaba el Papa: “¿Quién soy yo ante Jesús que sufre? ¿Quién yo ante mi Santo Cristo? ¿Quién soy yo ante la cruz de Jesús?”.

La Semana Santa de este año quizá nos disponga más a dirigir nuestra mirada al Gólgota y contemplar al Crucificado, porque también nosotros nos sentimos traspasados de “heridas”. Miguel Hernández, en uno de sus poemas más conocidos, nos hablaba de “tres heridas”: “Llegó con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. / Con tres heridas viene: la de la vida, la del amor, la de la muerte. / Con tres heridas yo: la de la vida, la de la muerte, la del amor”.

Desde lo más profundo de nuestro corazón, tan frágil y tal vez herido, recordando los personajes de la pasión de Jesús, nos contestamos con estas interrogantes: “¿Acaso soy como Judas, el traidor, con las treinta monedas, abrasándome las entrañas, que finge amar al Maestro y lo besa para entregarlo? ¿Soy como los discípulos que se durmieron en el Huerto de los olivos mientras Jesús sufría? ¿Mi vida está adormecida? ¿Acaso soy como Pilato, que cuando veo que las cosas se tuercen me lavo las manos, no asumo responsabilidades y permito que condenen -o condeno yo mismo- a las personas? ¿Soy como la muchedumbre que no sabía si estaba en una reunión religiosa, en un juicio o en un circo y elige a Barrabás? ¿Soy como el Cirineo, que volvía cansado del trabajo, pero hizo la buena acción de ayudar al Señor a llevar la Cruz? ¿Soy como los que pasaban ante la cruz y se burlaban de Jesús? ¿Soy como las mujeres valientes y como la Madre de Jesús, que sufría en silencio? ¿Dónde está mi corazón? ¿A cuál de estas personas me parezco?”.

La Semana Santa no termina en el Calvario sino junto al sepulcro vacío y el anuncio de dos ángeles a las mujeres: “¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí. Ha resucitado”. Esta es la verdad central del cristianismo: La Resurrección de Jesús de Nazaret. Y el reto de esta hora: “Resucitar y vivir como resucitados”.

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